¿Qué sistemas de órganos se ven afectados por la leucemia?
- Sangre y médula ósea: La leucemia afecta principalmente a la sangre y a la médula ósea, donde se producen las células sanguíneas. El crecimiento anormal de las células leucémicas altera la producción de células sanguíneas normales, lo que provoca anemia, recuentos bajos de plaquetas y deterioro de la función inmune.
- Sistema linfático: En algunos tipos de leucemia, particularmente la leucemia linfocítica, las células cancerosas se acumulan en los ganglios linfáticos, el bazo y el timo. Esto puede provocar un agrandamiento de estos tejidos linfoides y alterar su función normal en la defensa inmunológica.
- Hígado y bazo: El hígado y el bazo suelen verse afectados en la leucemia a medida que las células cancerosas se infiltran en estos órganos. Esto puede provocar un agrandamiento del hígado y el bazo, alterar su función de filtrar la sangre y almacenar células sanguíneas y contribuir a las citopenias (recuentos bajos de células sanguíneas).
- Sistema nervioso: En ciertos tipos de leucemia, particularmente la leucemia linfoblástica aguda (LLA), las células cancerosas pueden cruzar la barrera hematoencefálica y ingresar al sistema nervioso central. Esto puede provocar síntomas neurológicos como dolores de cabeza, convulsiones, parálisis de nervios craneales y alteración del estado mental.
- Sistema gastrointestinal: En algunos casos, la leucemia puede afectar el tracto gastrointestinal, a menudo asociada con la infiltración de células cancerosas. Esto puede provocar dolor abdominal, náuseas, vómitos u obstrucción intestinal, según el sitio y el alcance de la infiltración.
Estos son los principales sistemas de órganos comúnmente afectados por la leucemia, pero vale la pena señalar que la leucemia puede tener potencialmente efectos sistémicos y afectar también a otros órganos o tejidos, según el tipo y la progresión de la enfermedad.