¿Por qué una persona con leucemia podría ser propensa a sufrir sangrados anormales?

Las personas con leucemia son propensas a sufrir sangrados anormales por varias razones:

Disfunción plaquetaria:la leucemia puede afectar la producción y función de las plaquetas, que son esenciales para la coagulación de la sangre. Las plaquetas ayudan a detener el sangrado al agruparse y formar un tapón en el lugar de la lesión. En la leucemia, la médula ósea puede verse alterada, lo que provoca una disminución en la producción de plaquetas. Además, las células leucémicas pueden interferir con la función normal de las plaquetas, haciéndolas menos efectivas para formar coágulos.

Formación anormal de vasos sanguíneos:la leucemia puede provocar la formación de vasos sanguíneos anormales que son frágiles y propensos a sufrir fugas. Estos vasos anormales pueden romperse fácilmente y provocar sangrado. Las células leucémicas pueden secretar factores que estimulan el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos y alteran la arquitectura normal de los existentes. Como resultado, la integridad de los vasos sanguíneos se ve comprometida, aumentando el riesgo de hemorragia.

Trombocitopenia:la leucemia puede provocar trombocitopenia, una afección caracterizada por una disminución del recuento de plaquetas. Con menos plaquetas disponibles, la capacidad de la sangre para formar coágulos se ve afectada, lo que hace que el individuo sea más susceptible a sufrir hemorragias.

Deficiencia de vitamina K:algunos medicamentos para la leucemia, como los medicamentos de quimioterapia, pueden interferir con la absorción o el metabolismo de la vitamina K. La vitamina K es crucial para la síntesis de factores de coagulación, que son proteínas necesarias para la coagulación sanguínea adecuada. Por lo tanto, la deficiencia de vitamina K puede aumentar aún más el riesgo de hemorragia en personas con leucemia.