Cómo la terapia génica se dirige al linfoma folicular

El linfoma folicular (FL) es un tipo de linfoma no Hodgkin que se origina a partir de células B anormales en los ganglios linfáticos. Se caracteriza por la presencia de folículos neoplásicos, que son grupos de células B transformadas rodeadas por un manto de linfocitos normales. Si bien el FL es generalmente indolente y de crecimiento lento, eventualmente puede transformarse en una forma más agresiva conocida como linfoma difuso de células B grandes (DLBCL).

La terapia génica es un enfoque de tratamiento innovador que tiene como objetivo atacar y rectificar las anomalías genéticas responsables del desarrollo del FL. Al manipular o introducir genes funcionales, la terapia génica busca restaurar la función celular normal, inducir la muerte de las células tumorales, mejorar la respuesta inmune contra las células cancerosas o modular el microambiente del tumor.

Una estrategia prometedora en la terapia génica FL implica apuntar a la translocación t(14;18). Este reordenamiento cromosómico fusiona el gen BCL2 del cromosoma 18 con el locus de la cadena pesada de inmunoglobulina (IgH) en el cromosoma 14. El gen de fusión resultante, BCL2-IgH, conduce a la sobreexpresión de BCL2, una proteína antiapoptótica que inhibe la muerte celular programada. Esta desregulación promueve la supervivencia de las células FL y la resistencia a la quimioterapia.

Un enfoque de terapia génica común para la FL se centra en la introducción de una terapia de células T con receptor de antígeno quimérico (CAR). Las células CAR T son células T diseñadas que expresan un receptor sintético que reconoce un antígeno específico en las células cancerosas. En FL, las células CAR T están diseñadas para apuntar al antígeno CD20, que se expresa en la superficie de las células B, incluidas las células FL.

Las células CAR T diseñadas reconocen y se unen al antígeno CD20 en las células FL, lo que desencadena la activación de las células T. Una vez activadas, estas células T liberan moléculas citotóxicas, como perforina y granzimas, que inducen la apoptosis o muerte celular programada en las células FL. Este enfoque dirigido elimina selectivamente las células FL y preserva las células normales.

Otra estrategia de terapia génica para FL implica la interferencia de ARN (ARNi). RNAi utiliza moléculas cortas de ARN de interferencia (ARNip) para silenciar o suprimir la expresión de genes específicos. En FL, se puede diseñar ARNip para apuntar al gen BCL2, reduciendo así la producción de la proteína BCL2 antiapoptótica. Este enfoque tiene como objetivo restaurar la apoptosis y mejorar la susceptibilidad de las células FL a la quimioterapia u otros tratamientos.

Además, se están explorando enfoques de terapia génica para modular el microambiente tumoral en FL. Esto implica introducir genes o modificaciones genéticas que alteren las interacciones entre las células FL y las células inmunitarias y estromales circundantes. Al reeducar el sistema inmunológico o modificar el microambiente, la terapia génica puede mejorar las respuestas inmunes antitumorales y mejorar los resultados del tratamiento.

La terapia génica ofrece un potencial significativo para el tratamiento dirigido y eficaz de la FL. Al manipular alteraciones genéticas específicas o modular el microambiente del tumor, las estrategias de terapia génica pueden inducir la muerte de las células tumorales, mejorar la vigilancia inmunológica y mejorar los resultados de los pacientes. Sin embargo, se necesitan más investigaciones y ensayos clínicos para optimizar los enfoques de terapia génica, abordar los problemas de seguridad y garantizar la eficacia a largo plazo en el tratamiento de la FL.