¿Cuáles son los siguientes pasos cuando un médico sospecha linfoma?
1. Análisis de sangre adicionales: Los análisis de sangre pueden proporcionar información sobre los recuentos sanguíneos generales y la presencia de células anormales.
2. Análisis de orina: Un análisis de orina puede detectar células anormales u otros indicadores de linfoma.
3. Pruebas de imagen: Las técnicas de imágenes como la ecografía, la tomografía computarizada o la resonancia magnética pueden ayudar a identificar los ganglios linfáticos agrandados y otras áreas afectadas por el linfoma.
4. Biopsia: Una biopsia implica tomar una pequeña muestra de tejido de un ganglio linfático afectado u otra área para examinarla con un microscopio. Esta se considera la prueba definitiva para diagnosticar el linfoma y puede determinar el tipo y estadio de la enfermedad.
5. Biopsia de médula ósea: En algunos casos, se puede recomendar una biopsia de médula ósea para evaluar la afectación del linfoma en la médula ósea.
Una vez que se confirma el diagnóstico de linfoma, se pueden realizar más evaluaciones y procedimientos de estadificación para determinar el alcance y la agresividad de la enfermedad. Esto puede incluir pruebas de imágenes adicionales, exploraciones PET (tomografía por emisión de positrones) o pruebas especializadas para evaluar la función y las características de los ganglios linfáticos afectados.