¿De dónde viene la linfa y cómo llega a los capilares linfáticos?
La linfa es un líquido que baña los tejidos y células del cuerpo. Se deriva del plasma sanguíneo, que es el componente líquido de la sangre. A medida que la sangre fluye a través de los capilares, pequeñas moléculas como agua, electrolitos y proteínas se escapan de los capilares hacia los tejidos circundantes. Estas moléculas forman el líquido intersticial, que es el líquido que baña las células del cuerpo. Luego se forma linfa cuando el líquido intersticial se acumula en los capilares linfáticos.
¿Cómo llega la linfa a los capilares linfáticos?
La linfa es impulsada hacia los capilares linfáticos por la presión osmótica del plasma sanguíneo. La presión osmótica es la presión que ejerce una solución debido a la concentración de partículas disueltas en la solución. El plasma sanguíneo tiene una mayor concentración de partículas disueltas que el líquido intersticial, por lo que las moléculas de agua pasan del líquido intersticial al plasma sanguíneo por ósmosis. Este movimiento de las moléculas de agua crea una presión que fuerza a la linfa a ingresar a los capilares linfáticos.
Además de la presión osmótica, la contracción de los músculos esqueléticos también ayuda a mover la linfa hacia los capilares linfáticos. Cuando los músculos esqueléticos se contraen, comprimen los vasos linfáticos, lo que obliga a la linfa a moverse a través de los vasos.