Dado que el linfoma es difícil de diagnosticar porque los síntomas son muy similares a muchos de otras afecciones, ¿cuál es la más importante?

Lo más importante a tener en cuenta al diagnosticar un linfoma es la presencia de ganglios linfáticos inflamados. Estos ganglios están ubicados en todo el cuerpo y se pueden sentir debajo de la piel. Pueden estar agrandados, firmes o gomosos y pueden ser dolorosos o sensibles. Otros síntomas del linfoma pueden incluir:

- Pérdida de peso

- Fatiga

- Fiebre

- Sudores nocturnos

- Pérdida de apetito

- Dificultad para respirar

- Erupciones cutáneas

- Picor

- Dolor en el abdomen o el pecho.

Si experimenta alguno de estos síntomas, es importante consultar a su médico para descartar un linfoma. Su médico puede ordenar una variedad de pruebas, incluidos análisis de sangre, pruebas de imágenes y biopsias, para confirmar el diagnóstico.