¿Qué es el tumor marrón?

El tumor marrón, también conocido como osteítis fibrosa quística, es una lesión ósea benigna que se observa comúnmente en pacientes con hiperparatiroidismo, particularmente hiperparatiroidismo primario. Es el resultado de la secreción excesiva de hormona paratiroidea (PTH) de las glándulas paratiroides, lo que conduce a un aumento de la resorción ósea y a la alteración del metabolismo óseo normal.

Los tumores marrones se caracterizan por la sustitución del tejido óseo normal por tejido conectivo fibroso y la presencia de osteoclastos gigantes multinucleados, que son células responsables de la resorción ósea. Estos tumores pueden ocurrir en varios huesos del cuerpo, pero se encuentran con mayor frecuencia en la mandíbula, los huesos largos, las costillas y la pelvis.

Clínicamente, los tumores marrones pueden manifestarse con dolor, hinchazón y sensibilidad en los huesos localizados. En casos graves, pueden provocar deformidades óseas, fracturas y fracturas patológicas.

Los tumores marrones generalmente se diagnostican según las características clínicas, los hallazgos radiológicos y las pruebas de laboratorio. Los rayos X y otras técnicas de imagen, como la tomografía computarizada (CT) y la resonancia magnética (MRI), pueden revelar la presencia de lesiones óseas líticas con apariencia quística o expansiva. Se realizan pruebas de laboratorio, incluidos los niveles séricos de calcio y PTH, para confirmar el hiperparatiroidismo subyacente.

El tratamiento de los tumores marrones implica abordar el hiperparatiroidismo subyacente. El tratamiento primario es la extirpación quirúrgica de la glándula o glándulas paratiroideas hiperactivas, lo que generalmente conduce a la resolución o mejora de los tumores marrones. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para reducir los niveles de calcio e inhibir la resorción ósea.

Si los tumores marrones causan síntomas o complicaciones importantes, como deformidades óseas o fracturas, pueden ser necesarios tratamientos adicionales. Estas pueden incluir intervenciones quirúrgicas, como legrados o injertos óseos, para reparar el daño óseo.