¿Cómo es una tiroidectomía?
Paso 1:preparación preoperatoria
Antes de la cirugía, al paciente se le realizará un examen físico, análisis de sangre y estudios de imágenes para evaluar la salud de la glándula tiroides y descartar cualquier otra condición médica que pueda afectar la cirugía. También se le pedirá al paciente que deje de tomar cualquier medicamento que pueda interferir con la cirugía, como anticoagulantes.
Paso 2:Anestesia
Al paciente se le administrará anestesia general, que lo mantendrá inconsciente y sin dolor durante la cirugía.
Paso 3:Incisión quirúrgica
El cirujano hará una incisión horizontal en el cuello justo debajo de la nuez de Adán.
Paso 4:Identificación de la glándula tiroides
El cirujano separará con cuidado los músculos del cuello para exponer la glándula tiroides. El cirujano también identificará y preservará las glándulas paratiroides, que son pequeñas glándulas que se encuentran cerca de la glándula tiroides y regulan los niveles de calcio en el cuerpo.
Paso 5:Extirpación de la glándula tiroides
El cirujano extirpará con cuidado toda o parte de la glándula tiroides. Si solo se extirpa una parte de la glándula, el cirujano utilizará un instrumento especial llamado cauterio para sellar los vasos sanguíneos y prevenir el sangrado.
Paso 6:Cierre de la incisión
El cirujano cerrará la incisión con suturas o grapas y aplicará un vendaje.
Paso 7:Cuidados postoperatorios
El paciente será llevado a la sala de recuperación donde será monitoreado para detectar cualquier complicación. También se les administrarán analgésicos y antibióticos para prevenir infecciones. Por lo general, el paciente será dado de alta del hospital 1 o 2 días después de la cirugía.
Qué esperar después de una tiroidectomía
Después de una tiroidectomía, el paciente puede experimentar algo de ronquera, hinchazón y dolor en el cuello. Estos síntomas suelen resolverse en unas pocas semanas. Es posible que el paciente también necesite tomar medicamentos de reemplazo de la hormona tiroidea para regular sus niveles de tiroides.
Riesgos de una tiroidectomía
Los riesgos de una tiroidectomía incluyen sangrado, infección, daño a las glándulas paratiroides y ronquera. Estos riesgos son raros y generalmente pueden evitarse con una técnica quirúrgica cuidadosa.