La prueba cutánea intradérmica es la vía parenteral más común utilizada para detectar alergias. En esta prueba, se inyecta una pequeña cantidad de alérgeno en la piel y se observa la reacción. Si se forma un bulto rojo y elevado que pica en el lugar de la inyección, se considera que la persona es alérgica a ese alérgeno.