Alzheimer y qué hacer

La enfermedad de Alzheimer, que lleva el nombre del psiquiatra y neuropatólogo alemán Alois Alzheimer, es un trastorno cerebral progresivo e irreversible que afecta la memoria, el pensamiento, el comportamiento y, finalmente, conduce a un deterioro severo de las funciones cognitivas. Es el tipo más común de demencia y se estima que representa entre el 60% y el 80% de los casos de demencia en todo el mundo. Si bien no se comprende completamente la causa exacta de la enfermedad de Alzheimer, se han identificado varios factores que desempeñan un papel en su desarrollo y progresión:

1. Edad: El riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer aumenta con la edad. Afecta con mayor frecuencia a personas mayores de 65 años, pero el Alzheimer de aparición temprana puede ocurrir en personas de entre 40 y 50 años.

2. Genética: Los factores genéticos parecen contribuir al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Algunas personas pueden heredar mutaciones o variaciones genéticas específicas que aumentan su riesgo de desarrollar la afección. El más conocido de ellos es el alelo APOE-e4, que se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer de aparición tardía.

3. Cambios cerebrales: En la enfermedad de Alzheimer se producen varios cambios patológicos en el cerebro. Estos incluyen la formación de placas amiloides y ovillos de tau:

- Placas amiloides: Las proteínas beta-amiloide se acumulan y agrupan fuera de las células cerebrales, creando placas amiloides. Estas placas interrumpen la comunicación normal entre las células cerebrales y pueden provocar daño y disfunción celular.

- Tau Tangles (Enredos Neurofibrilares): Dentro de las células cerebrales, una proteína llamada tau se vuelve anormal y forma fibras retorcidas conocidas como ovillos neurofibrilares o ovillos de tau. Estos enredos interrumpen el sistema de transporte de las células y perjudican la función de las neuronas.

4. Otros factores de riesgo: Ciertos factores del estilo de vida y condiciones de salud se han asociado con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, que incluyen:

- Lesiones en la cabeza: Las personas que han sufrido una lesión grave en la cabeza pueden tener un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

- Hipertensión (Presión Arterial Alta): La presión arterial alta bien controlada, especialmente en la mediana edad, puede reducir el riesgo de Alzheimer.

- Diabetes: La diabetes se considera un factor de riesgo para desarrollar la enfermedad de Alzheimer, principalmente cuando no se controla adecuadamente.

- Condiciones cardiovasculares: La mala salud del corazón, las enfermedades cardíacas crónicas y un estilo de vida sedentario están relacionados con un mayor riesgo de padecer Alzheimer.

- Aislamiento social: La falta de compromiso social y estimulación mental se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer.

Si bien actualmente no existe cura para la enfermedad de Alzheimer, los medicamentos y tratamientos pueden ayudar a frenar su progresión y aliviar los síntomas. Se están realizando investigaciones para comprender mejor las causas y mecanismos de la enfermedad, así como para encontrar terapias más efectivas para detener o revertir su progresión.