Alzheimer y qué hacer
1. Edad: El riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer aumenta con la edad. Afecta con mayor frecuencia a personas mayores de 65 años, pero el Alzheimer de aparición temprana puede ocurrir en personas de entre 40 y 50 años.
2. Genética: Los factores genéticos parecen contribuir al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Algunas personas pueden heredar mutaciones o variaciones genéticas específicas que aumentan su riesgo de desarrollar la afección. El más conocido de ellos es el alelo APOE-e4, que se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer de aparición tardía.
3. Cambios cerebrales: En la enfermedad de Alzheimer se producen varios cambios patológicos en el cerebro. Estos incluyen la formación de placas amiloides y ovillos de tau:
- Placas amiloides: Las proteínas beta-amiloide se acumulan y agrupan fuera de las células cerebrales, creando placas amiloides. Estas placas interrumpen la comunicación normal entre las células cerebrales y pueden provocar daño y disfunción celular.
- Tau Tangles (Enredos Neurofibrilares): Dentro de las células cerebrales, una proteína llamada tau se vuelve anormal y forma fibras retorcidas conocidas como ovillos neurofibrilares o ovillos de tau. Estos enredos interrumpen el sistema de transporte de las células y perjudican la función de las neuronas.
4. Otros factores de riesgo: Ciertos factores del estilo de vida y condiciones de salud se han asociado con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, que incluyen:
- Lesiones en la cabeza: Las personas que han sufrido una lesión grave en la cabeza pueden tener un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
- Hipertensión (Presión Arterial Alta): La presión arterial alta bien controlada, especialmente en la mediana edad, puede reducir el riesgo de Alzheimer.
- Diabetes: La diabetes se considera un factor de riesgo para desarrollar la enfermedad de Alzheimer, principalmente cuando no se controla adecuadamente.
- Condiciones cardiovasculares: La mala salud del corazón, las enfermedades cardíacas crónicas y un estilo de vida sedentario están relacionados con un mayor riesgo de padecer Alzheimer.
- Aislamiento social: La falta de compromiso social y estimulación mental se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer.
Si bien actualmente no existe cura para la enfermedad de Alzheimer, los medicamentos y tratamientos pueden ayudar a frenar su progresión y aliviar los síntomas. Se están realizando investigaciones para comprender mejor las causas y mecanismos de la enfermedad, así como para encontrar terapias más efectivas para detener o revertir su progresión.