¿Cómo se tratan mediante cirugía los aneurismas no rotos?

Los aneurismas no rotos se pueden tratar quirúrgicamente mediante varios métodos, según las características específicas y la ubicación del aneurisma. A continuación se detallan los principales abordajes quirúrgicos:

1. Recorte :Se coloca un clip a lo largo del cuello del aneurisma, bloqueando el flujo de sangre hacia el aneurisma y preservando al mismo tiempo el flujo de sangre a las arterias sanas circundantes. Esta técnica se utiliza comúnmente para aneurismas ubicados en áreas de fácil acceso, como la arteria comunicante anterior (AComA).

2. Atrapamiento quirúrgico :Esto implica ligar (atar) ambos extremos del aneurisma, aislándolo efectivamente del flujo sanguíneo principal. El atrapamiento quirúrgico a menudo se realiza cuando el aneurisma está ubicado en la unión de dos arterias, lo que hace que el recorte sea difícil o riesgoso.

3. Espiral endovascular :El espiral endovascular es un procedimiento mínimamente invasivo que se puede utilizar para tratar ciertos tipos de aneurismas no rotos. Se inserta un catéter en la arteria femoral y se guía hasta el aneurisma. Luego se liberan espirales de platino en el aneurisma, lo que provoca que se coagule y se trombose. Esta técnica es especialmente útil para aneurismas ubicados en áreas más desafiantes, como la arteria basilar o la circulación posterior.

4. Desvío de flujo :La desviación del flujo implica colocar un dispositivo similar a un stent a través del cuello del aneurisma, redirigiendo el flujo sanguíneo lejos del aneurisma. La reducción del flujo sanguíneo promueve la trombosis dentro del aneurisma y favorece la curación. La desviación del flujo es particularmente eficaz para los aneurismas que tienen un cuello ancho o están ubicados en áreas anatómicas complejas.

5. Cirugía de derivación :En casos raros, los aneurismas no rotos pueden requerir una cirugía de derivación. Durante este procedimiento, se crea un nuevo vaso sanguíneo para evitar la arteria afectada, restableciendo el flujo sanguíneo al cerebro y evitando el aneurisma. La cirugía de derivación se utiliza normalmente cuando el aneurisma es muy grande o afecta a múltiples arterias.

La decisión sobre el abordaje quirúrgico más apropiado para un aneurisma no roto la toma un neurocirujano según el tamaño, la ubicación y el estado general del paciente, así como su pericia y experiencia con diferentes técnicas.