¿El ASMA afecta tu frecuencia cardíaca cuando haces ejercicio?
Aumento de la frecuencia cardíaca:durante el ejercicio, el cuerpo exige más oxígeno y la frecuencia cardíaca aumenta para bombear más sangre oxigenada a los músculos. En las personas con asma, las vías respiratorias pueden estrecharse o inflamarse, lo que dificulta que el aire entre y salga de los pulmones. Esto puede ejercer una presión adicional sobre el corazón, haciendo que lata más rápido para compensar el suministro reducido de oxígeno.
Respiración rápida:el asma puede causar dificultad para respirar y respiración rápida, conocida como taquipnea. Esta respiración rápida puede provocar un aumento de la frecuencia cardíaca a medida que el corazón intenta satisfacer la demanda de oxígeno.
Ansiedad y estrés:los ataques de asma o el miedo a un ataque pueden provocar ansiedad y estrés, lo que puede aumentar aún más la frecuencia cardíaca. La ansiedad puede desencadenar la liberación de hormonas del estrés como la adrenalina, lo que provoca un ritmo cardíaco más rápido.
Tolerancia reducida al ejercicio:el asma puede limitar la tolerancia al ejercicio, lo que significa que es posible que las personas no puedan hacer ejercicio con tanta intensidad o durante tanto tiempo como las personas sin asma. Esta capacidad de ejercicio reducida puede afectar la condición cardiovascular general y la salud del corazón de las personas con asma.
Es importante que las personas con asma consulten con un profesional de la salud antes de comenzar un programa de ejercicios. El ejercicio regular puede ser beneficioso para controlar el asma, pero es fundamental encontrar actividades y niveles de intensidad adecuados que no desencadenen síntomas ni ejerzan una presión excesiva sobre el corazón. Usar los medicamentos para el asma según lo recetado y tener un inhalador de rescate disponible durante el ejercicio puede ayudar a controlar los síntomas y garantizar una experiencia de entrenamiento segura y agradable.