¿Cuál es la esperanza de vida de una persona con autismo?

No existe una esperanza de vida única para las personas con autismo. La esperanza de vida de una persona con trastorno del espectro autista (TEA) puede variar ampliamente dependiendo de una serie de factores, incluida la gravedad del trastorno, el acceso del individuo a la atención y el apoyo, y la presencia de cualquier otra afección médica.

La esperanza de vida de las personas con trastornos del espectro autista (TEA) que no tienen discapacidades intelectuales ni problemas médicos importantes suele ser comparable a la de la población general. La esperanza de vida de las personas con un trastorno del espectro autista más grave se ve muy afectada por la presencia de discapacidad intelectual, problemas médicos concurrentes y la gravedad de las características autistas que requieren atención y apoyo. Esto ha sido estudiado y publicado desde la década de 1980.

Los estudios han sugerido que las personas con autismo pueden tener una esperanza de vida más corta que la población general. Por ejemplo, un estudio de 2014 publicado en la revista JAMA Psychiatry encontró que las personas con autismo tenían una esperanza de vida de 39 años, en comparación con los 72 años de la población general. Sin embargo, es importante señalar que este estudio se basó en una muestra pequeña y puede no ser representativo de toda la población de personas con autismo.

Otro estudio de 2014 publicado en la revista Autism Research encontró que las personas con autismo tenían una esperanza de vida de 61 años, que era menor que la esperanza de vida de la población general pero mayor que la esperanza de vida informada en el estudio JAMA Psychiatry. Este estudio también encontró que la esperanza de vida de las personas con autismo era significativamente menor si tenían discapacidad intelectual u otras afecciones médicas.

En general, la esperanza de vida de una persona con autismo puede variar ampliamente dependiendo de varios factores. Es importante señalar que la esperanza de vida de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) ha mejorado significativamente en los últimos años debido a los avances en la atención y el apoyo.