¿Qué riesgos existen para un receptor de una transfusión de sangre?
1. Infecciones relacionadas con transfusiones:
Las transfusiones de sangre pueden conllevar el riesgo de transmitir infecciones del donante al receptor. Estas infecciones pueden incluir infecciones bacterianas, infecciones virales (como VIH, hepatitis B, hepatitis C) e infecciones parasitarias (como malaria). Aunque se realizan pruebas rigurosas para examinar la sangre donada, siempre existe un pequeño riesgo de infección de un donante que se encuentra en las primeras etapas de una infección o es portador de un patógeno raro o emergente.
2. Reacciones a la transfusión:
- Reacciones inmediatas: Estos pueden ocurrir a los pocos minutos de comenzar la transfusión e incluyen reacciones alérgicas, que pueden manifestarse como urticaria, sarpullido, picazón e hinchazón. Las reacciones graves pueden causar fiebre, escalofríos, frecuencia cardíaca rápida, dificultad para respirar y caída de la presión arterial, conocida como anafilaxia.
- Reacciones retardadas: Estos pueden ocurrir horas o días después de la transfusión e incluyen reacciones febriles no hemolíticas (fiebre sin evidencia de destrucción de la sangre), lesión pulmonar aguda relacionada con una transfusión (TRALI) y reacciones hemolíticas posteriores a la transfusión. TRALI puede provocar dificultad respiratoria grave y acumulación de líquido en los pulmones. Las reacciones hemolíticas ocurren cuando el sistema inmunológico del receptor ataca los glóbulos rojos transfundidos, provocando su degradación y provocando complicaciones como anemia.
3. Incompatibilidad de grupo sanguíneo:
- Incompatibilidad ABO: Este es un riesgo grave que ocurre cuando un receptor recibe sangre de un grupo sanguíneo ABO incompatible. El sistema inmunológico del receptor atacará los glóbulos rojos del donante, lo que provocará reacciones hemolíticas inmediatas y potencialmente provocará complicaciones graves.
- Incompatibilidad Rh: Cuando un receptor Rh negativo recibe sangre Rh positivo, el sistema inmunológico del receptor puede producir anticuerpos contra el factor Rh. Esto puede provocar reacciones hemolíticas retardadas en transfusiones posteriores o afectar embarazos futuros si el receptor es una mujer en edad fértil.
4. Sobrecarga de volumen:
Transfundir demasiada sangre y demasiado rápido puede provocar una sobrecarga de líquidos, provocando síntomas como dificultad para respirar, palpitaciones e hinchazón. Los pacientes con insuficiencia cardíaca corren un riesgo especial.
5. Sobrecarga de hierro (Hemosiderosis):
Las transfusiones repetidas durante un período prolongado pueden provocar una sobrecarga de hierro, especialmente en personas con determinadas afecciones (p. ej., talasemia). El exceso de hierro puede acumularse en el cuerpo y provocar daño hepático, problemas cardíacos y otras complicaciones.
6. Enfermedad de injerto contra huésped (EICH):
En casos raros, una transfusión de células madre u otros componentes celulares puede provocar EICH. Esto ocurre cuando las células inmunes transfundidas reconocen los tejidos del receptor como extraños y los atacan, provocando diversos daños en los órganos.
7. Riesgo de enfermedades transmitidas por transfusiones:
Hay casos raros de enfermedades transmitidas por transfusiones causadas por patógenos que no se detectan de forma rutinaria o cuando el donante puede estar en las primeras etapas de la infección antes de que desarrolle niveles detectables del patógeno.
Es importante tener en cuenta que estos riesgos son generalmente bajos y que las transfusiones de sangre se regulan y monitorean cuidadosamente para minimizarlos. Antes de recibir una transfusión, la sangre del receptor se analiza cuidadosamente y se compara con la sangre del donante para evitar incompatibilidades importantes de grupos sanguíneos. La gestión adecuada de las transfusiones de sangre, la evaluación estricta de los donantes y las medidas de control de infecciones ayudan a garantizar la seguridad del procedimiento.