Por lo general, se usa un yeso durante 6 a 8 semanas después de una fractura de peroné, aunque esto puede variar según el individuo. Si la fractura es estable, se puede usar una bota para caminar o un aparato ortopédico en lugar de un yeso durante las últimas 2 a 4 semanas. También se puede recomendar fisioterapia para ayudar a recuperar la fuerza y la movilidad en el tobillo y el pie.