¿Qué es el neuroblastoma?
El neuroblastoma afecta principalmente a niños pequeños y representa aproximadamente el 15% de todos los cánceres diagnosticados en bebés menores de un año. Puede ocurrir antes del nacimiento (neuroblastoma congénito) o puede desarrollarse en los primeros años de vida. La mayoría de los casos se diagnostican antes de que el niño cumpla cinco años.
Los orígenes del neuroblastoma se remontan a las primeras etapas del desarrollo embrionario, involucrando específicamente a células conocidas como "neuroblastos". Durante la formación del embrión, los neuroblastos proliferan y eventualmente se transforman en células nerviosas maduras. En personas con neuroblastoma, una mutación genética hace que los neuroblastos normales se multipliquen sin control y formen una masa tumoral.
Los signos y síntomas del neuroblastoma pueden variar según la ubicación del tumor y su grado de crecimiento. Los signos comunes incluyen una masa abdominal indolora, dolor de huesos, fiebre, irritabilidad y pérdida de peso. Además, algunos neuroblastomas pueden liberar hormonas que provocan presión arterial elevada o diarrea.
La detección temprana y el tratamiento oportuno son cruciales para combatir el neuroblastoma. Cuando se diagnostica en una etapa temprana, el neuroblastoma puede tener una tasa de curación relativamente alta, especialmente si el tumor está contenido y no se ha diseminado. Las opciones de tratamiento generalmente implican cirugía para extirpar el tumor, junto con terapias adicionales como quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia y trasplante de células madre.