¿Qué sucede si tiene un tumor cerebral al que los médicos no pueden llegar?
1. Tratamientos no quirúrgicos:en los casos en que el tumor se considere inoperable debido a su ubicación o complejidad, los médicos pueden recomendar opciones de tratamiento alternativas. Estos podrían incluir radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida o una combinación de estos enfoques. El objetivo es frenar el crecimiento del tumor, aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
2. Radiocirugía estereotáctica:para ciertos tipos de tumores cerebrales que son pequeños y bien definidos, la radiocirugía estereotáxica puede ser una opción. Esto implica el uso de haces de radiación altamente enfocados para apuntar y destruir con precisión el tumor y al mismo tiempo minimizar el daño al tejido sano circundante.
3. Imágenes y monitoreo avanzados:se pueden utilizar pruebas de imágenes periódicas, como exploraciones por resonancia magnética, para monitorear el crecimiento y la propagación del tumor. Esto ayuda a los médicos a evaluar la eficacia de los tratamientos no quirúrgicos e identificar cualquier cambio que pueda indicar la necesidad de diferentes estrategias de tratamiento.
4. Ensayos clínicos:la participación en ensayos clínicos puede brindar acceso a tratamientos y medicamentos experimentales que aún no están ampliamente disponibles. Se realizan ensayos clínicos para evaluar la seguridad y eficacia de nuevas terapias y pueden ofrecer esperanza a las personas que han agotado las opciones de tratamiento estándar.
5. Atención de apoyo:controlar los síntomas y brindar atención de apoyo es esencial para las personas con tumores cerebrales inoperables. Esto puede incluir medicamentos para aliviar síntomas como dolor, convulsiones y náuseas, así como fisioterapia, terapia ocupacional y apoyo emocional para ayudar a las personas a afrontar los desafíos físicos y emocionales de su afección.
El curso de acción para un tumor cerebral inoperable requiere un enfoque multidisciplinario que involucre a neurooncólogos, oncólogos radioterapeutas, neurocirujanos y otros profesionales de la salud. Son necesarias citas de seguimiento periódicas y una estrecha vigilancia para evaluar la eficacia de los tratamientos y abordar cualquier cambio en el comportamiento del tumor o en la condición del paciente.