Un hueso roto, también conocido como fractura, no afecta directamente la frecuencia cardíaca. La frecuencia cardíaca está influenciada principalmente por diversos factores fisiológicos, como el esfuerzo físico, el estado emocional y el sistema nervioso autónomo. Si bien el dolor y la incomodidad de un hueso roto pueden causar ansiedad o estrés, estos efectos psicológicos pueden elevar temporalmente la frecuencia cardíaca, pero no afectan directamente la frecuencia ni la función del corazón.