Lágrima bloqueada ¿Qué son?

Lágrima bloqueada

Una lágrima bloqueada, denominada médicamente epífora, ocurre cuando las lágrimas no pueden drenar adecuadamente de los ojos. Esto puede provocar lagrimeo excesivo, irritación ocular y malestar. Las causas comunes de obstrucción de los conductos lagrimales incluyen:

1. Estrechamiento u obstrucción de los conductos lagrimales: Los conductos lagrimales pueden estrecharse o bloquearse debido a diversos factores, como el envejecimiento, la inflamación, las lesiones o los tumores. Esto puede dificultar el flujo adecuado de lágrimas.

2. Anomalías de los párpados: Ciertas anomalías de los párpados, como el ectropión (giro del párpado hacia afuera) o el entropión (giro del párpado hacia adentro), pueden alterar el drenaje adecuado de las lágrimas.

3. Conjuntivitis (conjuntivitis): La inflamación de la conjuntiva, la fina membrana que recubre los párpados y cubre la parte blanca del ojo, puede provocar hinchazón e irritación que pueden obstruir los conductos lagrimales.

4. Orzuelo (orzuelo): Un orzuelo es un bulto pequeño, rojo e hinchado en el párpado que puede presionar los conductos lagrimales y bloquearlos.

5. Alergias: Las reacciones alérgicas pueden provocar irritación ocular, hinchazón y aumento de la producción de lágrimas, lo que puede saturar el sistema de drenaje de lágrimas.

6. Traumatismo facial: Las lesiones en la cara, como las fracturas, pueden dañar los conductos lagrimales o los huesos que los rodean, afectando el drenaje de las lágrimas.

7. Condiciones médicas: Ciertas afecciones médicas, como trastornos de la tiroides, ciertas enfermedades autoinmunes e infecciones como la dacriocistitis (infección del saco lagrimal), pueden causar obstrucción de los conductos lagrimales.

Es importante buscar atención médica si experimenta lágrimas bloqueadas persistentes, ya que la evaluación y el manejo tempranos pueden ayudar a prevenir complicaciones y garantizar la función ocular adecuada. El tratamiento para los conductos lagrimales bloqueados puede implicar medicamentos, masajes en los párpados o intervenciones quirúrgicas, según la causa subyacente.