El modo preferido de administración de narcóticos para un paciente con una quemadura profunda de espesor parcial es la intravenosa (IV). Esto se debe a que la administración intravenosa proporciona el alivio del dolor más rápido y confiable, lo cual es crucial para los pacientes quemados que experimentan un dolor intenso. Los narcóticos intravenosos se pueden ajustar según las necesidades individuales del paciente y los efectos de la medicación se pueden controlar de cerca. Además, la administración intravenosa evita la posibilidad de aspiración, que es un riesgo con medicamentos orales o inhalados.