Los dedos de las manos y de los pies no se queman cuando están fríos, duelen debido a una condición llamada congelación. La congelación es un daño a la piel y al tejido subyacente causado por la exposición a temperaturas extremadamente frías. Puede afectar cualquier parte del cuerpo, pero las extremidades, como los dedos de las manos y de los pies, la nariz y las orejas, son las más comúnmente afectadas.