¿Por qué es difícil utilizar piel de otra persona para tratar a un paciente quemado?

La piel de otra persona, conocida como piel alogénica o xenógena, puede resultar difícil de utilizar en el tratamiento de pacientes con quemaduras por varios motivos:

Rechazo inmunológico:el sistema inmunológico del paciente reconoce la piel extraña como ajena y genera una respuesta inmune contra ella. Esto puede provocar el rechazo de la piel injertada y provocar el fracaso del injerto.

Riesgo de infección:el trasplante de piel de otro individuo conlleva el riesgo de transmitir enfermedades infecciosas, incluidas infecciones virales, bacterianas y fúngicas. La detección y las pruebas adecuadas de la piel del donante son esenciales, pero no pueden eliminar todos los riesgos.

Disponibilidad limitada:la disponibilidad de injertos de piel adecuados de donantes es limitada. La piel del donante debe coincidir con el tipo de sangre y las características del tejido del paciente para minimizar el riesgo de rechazo, lo que restringe aún más el grupo de donantes potenciales.

Preocupaciones éticas:el uso de piel de otra persona plantea consideraciones éticas con respecto al consentimiento informado, la obtención de órganos y la posible explotación de personas vulnerables.

Procedimiento quirúrgico complejo:el trasplante de piel de otra persona es un procedimiento quirúrgico complejo que requiere habilidades y experiencia especializadas. El procedimiento es técnicamente desafiante y conlleva riesgos asociados con la cirugía, que incluyen sangrado, infección y cicatrices.

En casos de quemaduras graves, se pueden utilizar apósitos biológicos temporales o sustitutos de la piel hasta que se puedan recolectar y trasplantar injertos de piel autólogos (la propia piel del paciente). Los injertos de piel autólogos tienen una mayor tasa de éxito y un menor riesgo de rechazo en comparación con la piel alogénica o xenógena.