¿Cómo actúa la simvastatina en un paciente masculino de 70 años que se somete a un injerto de derivación posangiografía coronaria con LDL elevado?
1. Inhibición de la síntesis de colesterol: La simvastatina pertenece a una clase de fármacos conocidos como estatinas, que son potentes inhibidores de la enzima 3-hidroxi-3-metilglutaril-coenzima A reductasa (HMG-CoA reductasa). La HMG-CoA reductasa desempeña un papel crucial en la biosíntesis del colesterol en el hígado. Al inhibir esta enzima, la simvastatina reduce significativamente la producción de colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), comúnmente conocido como colesterol "malo".
2. Mejora de la autorización de LDL: La simvastatina no sólo inhibe la síntesis de colesterol LDL sino que también promueve su eliminación del torrente sanguíneo. Aumenta la cantidad de receptores de LDL en la superficie de las células del hígado, lo que mejora la absorción y eliminación del colesterol LDL de la circulación.
3. Reducción de los Triglicéridos y Aumento del Colesterol HDL: Además de reducir el colesterol LDL, la terapia con simvastatina también puede reducir moderadamente los niveles de triglicéridos y elevar los niveles de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo llamado colesterol "bueno". El HDL ayuda a transportar el colesterol desde las arterias al hígado, donde finalmente se excreta.
4. Estabilización de placas ateroscleróticas: La simvastatina ejerce efectos beneficiosos más allá de la modificación de los lípidos. Se ha descubierto que estabiliza las placas ateroscleróticas, reduciendo el riesgo de rotura de la placa y eventos cardiovasculares posteriores, como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
En el contexto de un paciente varón de 70 años sometido a CABG, el objetivo principal de la administración de simvastatina es reducir sus niveles elevados de colesterol LDL. Al reducir el colesterol LDL, la simvastatina puede ayudar a prevenir una mayor formación de placa y reducir el riesgo de repetición de eventos coronarios. También reduce la probabilidad de desarrollar nuevas lesiones ateroscleróticas en otras arterias del cuerpo, lo que contribuye a la reducción general del riesgo cardiovascular.