¿Cómo se ve afectado el sistema cardiovascular por el ejercicio?
1. Aumento de la frecuencia cardíaca y del volumen sistólico :Durante el ejercicio, la frecuencia cardíaca aumenta para bombear más sangre a los músculos que trabajan. Con el tiempo, el ejercicio aeróbico regular puede provocar un aumento del volumen sistólico, que es la cantidad de sangre que sale del corazón con cada contracción. Esto significa que el corazón puede bombear más sangre con cada latido, lo que reduce la frecuencia cardíaca en reposo y mejora la eficiencia cardiovascular general.
2. Reducir la presión arterial :El ejercicio regular puede ayudar a reducir la presión arterial, tanto durante el ejercicio como a largo plazo. La actividad física ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y mejorar el flujo sanguíneo, reduciendo la resistencia contra la que bombea el corazón. Esta reducción de la presión arterial disminuye la carga de trabajo del corazón y mejora la salud cardiovascular general.
3. Perfil lipídico mejorado :El ejercicio puede ayudar a mejorar el perfil de lípidos al reducir el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL), a menudo conocido como colesterol "malo", y aumentar el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (HDL), conocido como colesterol "bueno". El colesterol LDL puede contribuir a la acumulación de placa en las arterias, mientras que el colesterol HDL ayuda a eliminar el colesterol de las arterias. Un perfil lipídico más saludable reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluidos ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
4. Mayor capilarización :El ejercicio estimula el crecimiento de nuevos capilares (pequeños vasos sanguíneos) en los músculos, lo que permite mejorar el suministro de oxígeno y nutrientes a los tejidos. Este aumento de la capilarización mejora la eficiencia del transporte y la utilización del oxígeno durante el ejercicio y favorece el crecimiento y la reparación muscular.
5. Función vascular mejorada :El ejercicio regular mejora la función de las células endoteliales, que son las células que recubren los vasos sanguíneos. El ejercicio ayuda a mantener la elasticidad de los vasos sanguíneos, favorece la producción de óxido nítrico (una molécula implicada en la vasodilatación) y reduce la inflamación. Esto mejora el flujo sanguíneo, disminuye el riesgo de coagulación sanguínea y contribuye a una función más saludable de los vasos sanguíneos.
6. Músculo cardíaco más fuerte :El ejercicio aeróbico, como correr, andar en bicicleta o nadar, ayuda a fortalecer el músculo cardíaco. Con el tiempo, el ejercicio regular provoca una hipertrofia del músculo cardíaco, específicamente del ventrículo izquierdo, que bombea sangre al resto del cuerpo. Un corazón más fuerte puede bombear sangre de forma más eficaz y eficiente, reduciendo el riesgo de insuficiencia cardíaca.
7. Aumento de la aptitud cardiorrespiratoria :El ejercicio regular mejora la aptitud cardiorrespiratoria, que es una medida de la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno a los músculos durante la actividad física. Mediante el ejercicio, el corazón, los pulmones y los músculos trabajan juntos de manera más eficiente, lo que permite a las personas realizar actividades prolongadas con menos esfuerzo y recuperarse más rápidamente.
Es importante señalar que los beneficios del ejercicio sobre el sistema cardiovascular son acumulativos y graduales. La actividad física regular y constante a lo largo del tiempo es esencial para lograr y mantener estas mejoras. Además, combinar el ejercicio aeróbico con el entrenamiento de resistencia puede proporcionar beneficios integrales para la salud cardiovascular y el estado físico general. Siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud antes de comenzar un nuevo programa de ejercicios, especialmente para personas con problemas o problemas de salud subyacentes.