¿Por qué tus oídos se calientan y enrojecen cuando bebes alcohol?
1. Variación genética:
La mayoría de las personas tienen una enzima llamada aldehído deshidrogenasa 2 (ALDH2) que descompone el acetaldehído, un subproducto tóxico que se forma durante el metabolismo del alcohol. Sin embargo, algunos individuos, particularmente los de ascendencia asiática oriental, tienen una variación genética que resulta en una actividad reducida o ausencia de la enzima ALDH2. Esto provoca una acumulación de acetaldehído en el cuerpo.
2. Acumulación de acetaldehído:
El acetaldehído es un compuesto que contribuye a la respuesta de enrojecimiento asociada con el consumo de alcohol. Provoca vasodilatación, que es el ensanchamiento de los vasos sanguíneos. Esta dilatación provoca un aumento del flujo sanguíneo a determinadas zonas del cuerpo, incluidos los oídos, lo que hace que parezcan rojos y se sientan calientes.
3. Liberación de histamina:
El alcohol puede desencadenar la liberación de histamina, una sustancia química involucrada en la respuesta inmune del cuerpo. La histamina puede hacer que los vasos sanguíneos se expandan, lo que provoca enrojecimiento, picazón y enrojecimiento. En algunas personas, la liberación de histamina en respuesta al alcohol puede contribuir a que los oídos estén calientes y rojos.
4. Otros síntomas:
Además de los oídos enrojecidos, la reacción de rubor por alcohol puede incluir otros síntomas, como:
- Enrojecimiento de la cara y el cuello.
- Aumento de la temperatura corporal
- Latidos cardíacos rápidos
- Náuseas
- Dolor de cabeza
- Mareos o aturdimiento
- Congestión o secreción nasal
- Dificultad para respirar
- En casos severos, dolor abdominal y vómitos.
Vale la pena señalar que no todas las personas experimentan la reacción de sofoco del alcohol y la intensidad de los síntomas puede variar de persona a persona. La genética y las sensibilidades individuales juegan un papel importante en la determinación de la gravedad y frecuencia de estos síntomas.
Si experimenta estos síntomas de manera constante después de consumir alcohol, es recomendable consultar a un profesional de la salud para su evaluación y asesoramiento. Pueden evaluar cualquier posible afección médica subyacente o sensibilidad y recomendar estrategias para controlar o minimizar la reacción de rubor.