¿Por qué algunos niños necesitan gafas?

Varias razones pueden explicar por qué algunos niños pueden necesitar anteojos, incluidas las siguientes:

Errores refractivos: La razón más común por la que los niños necesitan anteojos es por errores de refracción. Estos errores ocurren cuando la forma del ojo o la curvatura de la córnea (la parte frontal transparente del ojo) no desvía la luz correctamente hacia la retina (el tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo). Como resultado, las imágenes pueden volverse borrosas o distorsionadas. Los principales tipos de errores refractivos que requieren gafas incluyen:

1. Miopía (Miopía): Esto ocurre cuando el globo ocular es demasiado largo o la córnea está demasiado curvada, lo que hace que los objetos distantes parezcan borrosos mientras que los objetos cercanos se ven claros.

2. Hipermetropía (hipermetropía): Esto ocurre cuando el globo ocular es demasiado corto o la córnea demasiado plana, lo que hace que los objetos cercanos se vean borrosos mientras que los objetos distantes aparecen claros.

3. Astigmatismo: Esto ocurre cuando la córnea o el cristalino tienen una curvatura irregular, lo que hace que los objetos a todas las distancias se vean borrosos o distorsionados.

Estrabismo (ojos cruzados): El estrabismo se refiere a una afección en la que los ojos no se alinean correctamente, lo que hace que un ojo mire hacia adentro, hacia afuera, hacia arriba o hacia abajo. Dependiendo de la gravedad y el tipo de estrabismo, se pueden recomendar gafas para corregir la alineación de los ojos y fortalecer los músculos oculares.

Ambliopía (ojo vago): La ambliopía ocurre cuando un ojo se vuelve más débil que el otro porque el cerebro prefiere el ojo más fuerte. Esto puede suceder por diversos motivos, como estrabismo, errores refractivos elevados u otras afecciones oculares. Se pueden recetar gafas para corregir la visión del ojo más débil y fomentar el desarrollo ocular adecuado.

Otras afecciones oculares: En algunos casos, es posible que se necesiten anteojos para afecciones oculares específicas, como nistagmo (movimientos oculares rápidos e involuntarios), ciertas afecciones genéticas que afectan la estructura del ojo o el tratamiento posquirúrgico de trastornos oculares.

Si tiene dudas sobre la visión o la salud ocular de su hijo, es esencial consultar a un oftalmólogo u optometrista pediátrico que se especialice en la visión infantil. Pueden realizar un examen ocular completo para evaluar la visión de su hijo y determinar si son necesarios anteojos u otros tratamientos.