Aunque a veces se pueden identificar comportamientos antisociales o sociópatas en las primeras etapas del desarrollo infantil, generalmente no se consideraría apropiado etiquetar a un niño de 7 años como sociópata. Los niños de ese rango de edad todavía tienen procesos emocionales inmaduros y pueden exhibir comportamientos desafiantes que no necesariamente significan el complejo patrón de rasgos asociados con la sociopatía en la edad adulta. La sociopatía implica tendencias psicológicas profundamente arraigadas que normalmente se vuelven más evidentes durante la adolescencia tardía o la edad adulta temprana.