¿Cómo afecta la hemofilia a la sangre?
Deterioro de la coagulación:en personas con hemofilia, la capacidad de la sangre para formar coágulos estables está comprometida. Cuando los vasos sanguíneos se dañan o lesionan, el proceso de coagulación se interrumpe y provoca un sangrado prolongado. Esto puede ocurrir tanto interna como externamente.
Niveles bajos de factores de coagulación:la hemofilia es causada por mutaciones o deficiencias en factores de coagulación específicos, que son proteínas esenciales involucradas en la cascada de eventos que conducen a la formación de coágulos sanguíneos. Los tipos más comunes de hemofilia son:
- Hemofilia A:Es causada por una deficiencia o anomalía en el factor VIII de coagulación (factor 8).
- Hemofilia B:Es causada por una deficiencia o anomalía en el factor IX de coagulación (factor 9).
- Hemofilia C:Se trata de una forma rara causada por una deficiencia en el factor XI de coagulación (factor 11).
Episodios hemorrágicos:debido al mecanismo de coagulación deteriorado, las personas con hemofilia experimentan episodios hemorrágicos frecuentes. Estos pueden variar de menores a graves y pueden ocurrir de forma espontánea o después de una lesión. Los sitios comunes de sangrado incluyen las articulaciones (hemartrosis), los músculos, los tejidos blandos y el tracto digestivo o urinario.
Tiempo de sangrado prolongado:la hemofilia se caracteriza por un tiempo de sangrado prolongado. Incluso las heridas o cortes pequeños pueden sangrar durante más tiempo en comparación con las personas con una coagulación sanguínea normal. Esto puede hacer que incluso las lesiones menores sean difíciles de manejar.
Fácil aparición de moretones:Las personas con hemofilia presentan moretones fácilmente debido al debilitamiento del proceso de coagulación. Los hematomas pueden aparecer como áreas grandes, oscuras y dolorosas en la piel.
Sangrado profundo:la hemofilia puede provocar sangrado profundo en las articulaciones, músculos u otros tejidos, provocando dolor, hinchazón y daño en las áreas afectadas.
Riesgo de complicaciones potencialmente mortales:en casos graves, el sangrado no controlado puede provocar complicaciones potencialmente mortales, como hemorragias cerebrales o hemorragias internas.
Terapia de reemplazo:El tratamiento para la hemofilia a menudo implica una terapia de reemplazo, en la que el factor de coagulación faltante o deficiente se infunde por vía intravenosa para restaurar la función de coagulación de la sangre. Esto ayuda a controlar y prevenir episodios de sangrado excesivo.
Es importante que las personas con hemofilia reciban atención médica adecuada y sigan sus planes de tratamiento para controlar la afección y minimizar el impacto en su sangre y su salud en general.