Si bien el herpes puede causar malestar y afectar la calidad de vida de una persona, generalmente no acorta ni compromete la vida de una persona. La mayoría de las personas con herpes viven una vida plena y saludable. Sin embargo, es importante que las personas con herpes tomen precauciones para prevenir la transmisión del virus a otras personas y busquen tratamiento para cualquier complicación asociada.