Si los niveles hormonales no alcanzan su punto máximo hacia el día 14 del ciclo menstrual, no se produce la ovulación. Por tanto, no se forma el cuerpo lúteo y los niveles de progesterona no aumentan. Esto da como resultado el desprendimiento continuo del revestimiento uterino, lo que lleva a un período menstrual más largo de lo habitual. Esto se conoce como sangrado anovulatorio y puede indicar que la mujer tiene un desequilibrio hormonal subyacente o una afección que afecta la ovulación, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP). En tales casos, se recomienda consultar a un profesional de la salud para obtener más evaluaciones y opciones de tratamiento.