¿Cuál es la fisiopatología de la septicemia?
La fisiopatología exacta de la septicemia es compleja e implica una respuesta inflamatoria sistémica desregulada a la infección, que provoca daño tisular, disfunción de órganos y potencialmente la muerte. A continuación se ofrece una descripción general de los pasos clave en la fisiopatología de la septicemia:
1. Infección y entrada de patógeno:
- La septicemia generalmente comienza con una infección primaria en un sitio específico del cuerpo, como neumonía, infección del tracto urinario, infección de la piel o infección intraabdominal.
- La infección puede ser causada por diversos microorganismos, incluidas bacterias, hongos o virus.
- El patógeno invade los tejidos del huésped e inicia la respuesta inflamatoria.
2. Respuesta inflamatoria:
- En respuesta a la infección, el cuerpo genera una respuesta inflamatoria para eliminar el patógeno y prevenir su propagación.
- El sistema inmunológico activa los glóbulos blancos, liberando mediadores inflamatorios como citocinas (p. ej., interleucina-1, interleucina-6, factor de necrosis tumoral alfa) y quimiocinas.
- Estos mediadores provocan vasodilatación, aumento de la permeabilidad vascular y reclutamiento de células inmunitarias en el lugar de la infección.
3. Inflamación sistémica:
- En casos graves, la respuesta inflamatoria se vuelve sistémica y provoca septicemia.
- La liberación excesiva de mediadores inflamatorios en el torrente sanguíneo provoca un síndrome de respuesta inflamatoria sistémica desregulada (SRIS).
4. Disfunción microvascular:
- Los mediadores inflamatorios dañan las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos, provocando una disfunción microvascular.
- Esto da como resultado un aumento de la permeabilidad capilar, fuga de líquido y edema tisular.
- La fuga de líquido y proteínas de los vasos sanguíneos a los tejidos provoca hipotensión, disminución de la perfusión tisular y alteración del suministro de oxígeno a los órganos.
5. Disfunción de órganos:
- La alteración de la perfusión tisular y del suministro de oxígeno provoca disfunción orgánica.
- Pueden verse afectados órganos vitales como los pulmones, los riñones, el hígado, el corazón y el cerebro.
- La disfunción orgánica se manifiesta con síntomas como taquipnea, oliguria, confusión y alteración del estado mental.
6. Hipotensión y shock:
- La hipotensión es una característica común de la septicemia debido a la vasodilatación, la disminución de la resistencia vascular sistémica y el deterioro de la función cardíaca.
- Si la presión arterial media cae por debajo de 65 mmHg a pesar de una reanimación adecuada con líquidos, se denomina shock séptico.
7. Anomalías de la coagulación:
- La septicemia también puede desencadenar coagulación intravascular diseminada (CID), una afección caracterizada por una activación generalizada de la cascada de coagulación.
- La CID provoca la formación de pequeños coágulos de sangre en todo el cuerpo, que pueden obstruir el flujo sanguíneo, dañar los tejidos y provocar complicaciones hemorrágicas.
8. Inmunosupresión:
- La septicemia prolongada puede provocar inmunosupresión, lo que perjudica la capacidad del cuerpo para combatir la infección de forma eficaz.
- La respuesta inflamatoria desregulada puede suprimir la función de las células inmunitarias y dificultar la eliminación de patógenos.
9. Fallo multiorgánico y muerte:
- Si la septicemia no se reconoce y trata rápidamente, puede provocar un síndrome de disfunción multiorgánica progresiva (MODS).
- MODS implica el fallo de múltiples sistemas orgánicos y se asocia con una alta tasa de mortalidad.