¿Cuáles son los signos de una enfermedad grave?

Los signos de una enfermedad grave pueden variar según la edad y la salud general de una persona. Los siguientes son algunos signos generales de enfermedades graves que un profesional de la salud debe tomar en serio y evaluar:

Fiebre alta: La fiebre es una respuesta común a la infección, pero una fiebre superior a 38 grados Celsius (100,4 grados Fahrenheit) o ​​que dura más de 3 días en adultos, o más de 2 días en niños, requiere una evaluación por parte de un proveedor de atención médica.

Dolor de cabeza intenso: Un dolor de cabeza intenso y repentino, especialmente cuando está acompañado de otros síntomas como fiebre, rigidez en el cuello, sensibilidad a la luz o confusión, puede ser un signo de una afección médica grave.

Dolor en el pecho/dificultad para respirar: El dolor o la presión en el pecho que es de naturaleza aplastante o apretada, especialmente cuando se acompaña de dificultad para respirar, náuseas, vómitos o dolor en la mandíbula o el hombro, puede indicar un ataque cardíaco o un coágulo de sangre en los pulmones.

Debilidad o entumecimiento repentino: La debilidad o el entumecimiento repentinos en un lado del cuerpo, especialmente cuando se combinan con dificultades del habla o cambios en la visión, pueden ser signos de un derrame cerebral.

Convulsiones: Las convulsiones, en las que una persona pierde el conocimiento, experimenta temblores incontrolables o períodos de mirada fija, pueden ser signos de afecciones médicas subyacentes graves.

Dolor abdominal: El dolor abdominal intenso, especialmente cuando se acompaña de fiebre, vómitos o diarrea, podría indicar diversas afecciones como apendicitis, obstrucción intestinal o infección grave.

Confusión o desorientación: Los cambios repentinos en la claridad mental, la confusión, la desorientación o la disminución de la capacidad de respuesta pueden indicar varias afecciones graves, como infección, accidente cerebrovascular o efectos secundarios de los medicamentos.

Vómitos o diarrea persistentes: Los vómitos o la diarrea persistentes pueden provocar deshidratación y desequilibrios electrolíticos, especialmente en niños pequeños y adultos mayores.

Cambios en la piel: Las erupciones repentinas o cambios en el color o la textura de la piel, especialmente cuando van acompañados de otros síntomas como fiebre o dolor en las articulaciones, pueden ser signos de una infección grave, una reacción alérgica u otras afecciones médicas.

Sangrado incontrolado: Un profesional de la salud debe evaluar el sangrado intenso o prolongado de una herida u otra fuente, especialmente si no se detiene con la presión o no parece tener una causa clara.

Es importante tener en cuenta que estos son sólo algunos ejemplos y que puede haber otros signos o síntomas que indiquen una afección médica grave. Si usted o alguien que conoce experimenta alguno de estos síntomas, especialmente en combinación, es fundamental buscar atención médica inmediata.