¿Cómo ayuda la participación de MHC 1 y 2 al sistema inmunológico?

Las moléculas MHC (complejo mayor de histocompatibilidad) desempeñan un papel fundamental en la capacidad del sistema inmunológico para distinguir entre lo "propio" y lo "no propio" y ayudan a generar respuestas inmunitarias apropiadas contra patógenos extraños o células transformadas. Así es como la participación del MHC clase I y MHC clase II ayuda al sistema inmunológico:

Participación del MHC Clase I:

1. Activación de células T citotóxicas: Las moléculas del MHC de clase I se expresan en la superficie de todas las células nucleadas del cuerpo. Se unen a péptidos derivados de proteínas intracelulares, incluidas proteínas virales o proteínas de bacterias que han infectado la célula.

2. Reconocimiento por células T citotóxicas: Las células T citotóxicas (células T CD8+) son un tipo de célula inmunitaria que puede eliminar células infectadas o cancerosas. Tienen receptores que reconocen específicamente moléculas del MHC de clase I formando complejos con péptidos antigénicos.

3. Lisis celular: Tras el reconocimiento del complejo MHC clase I-péptido, las células T citotóxicas se activan y liberan moléculas citotóxicas como perforina y granzimas. Estas moléculas crean poros en la membrana de la célula objetivo, lo que lleva a la lisis celular y la destrucción de la célula infectada o cancerosa.

Participación del MHC Clase II:

1. Presentación del antígeno a las células T colaboradoras: Las moléculas del MHC de clase II se expresan principalmente en células presentadoras de antígenos (APC) profesionales, como macrófagos, células dendríticas y células B. Se unen y presentan péptidos derivados de patógenos extracelulares o proteínas internalizadas por la APC.

2. Reconocimiento por las células T auxiliares: Las células T colaboradoras (células T CD4+) son esenciales para coordinar las respuestas inmunitarias. Tienen receptores que reconocen específicamente moléculas del MHC de clase II formando complejos con péptidos antigénicos.

3. Activación de células B y producción de anticuerpos: Tras el reconocimiento del complejo péptido MHC clase II, las células T colaboradoras se activan y liberan citocinas que estimulan a las células B a diferenciarse en células plasmáticas productoras de anticuerpos. Los anticuerpos son cruciales para neutralizar patógenos y marcarlos para su destrucción.

4. Formación de la memoria inmune: Las células T auxiliares activadas también pueden diferenciarse en células T de memoria, que pueden proporcionar inmunidad a largo plazo contra el patógeno específico.

En general, la participación del MHC de clase I y del MHC de clase II es fundamental para la respuesta inmune adaptativa. El MHC de clase I permite que las células T citotóxicas reconozcan y eliminen las células infectadas o transformadas, mientras que el MHC de clase II permite que las células T auxiliares activen las células B y produzcan anticuerpos, lo que lleva a la destrucción de patógenos y a la memoria inmune a largo plazo. Tanto las moléculas MHC de clase I como las de clase II son esenciales para garantizar la vigilancia inmunológica y la eliminación de patógenos en el cuerpo.