¿Cómo nos protege nuestro cuerpo si los patógenos llegan a la sangre?
1. Glóbulos blancos:los glóbulos blancos especializados, como los neutrófilos y los macrófagos, actúan como la primera línea de defensa de nuestro cuerpo contra los patógenos en la sangre. Pueden identificar, fagocitar y destruir a estos invasores extraños mediante un proceso llamado fagocitosis.
2. Anticuerpos y el sistema del complemento:cuando los patógenos ingresan al torrente sanguíneo, nuestro sistema inmunológico produce anticuerpos que se dirigen específicamente a ellos. Los anticuerpos se unen a los patógenos y los marcan para su destrucción. Además, el sistema del complemento, un grupo de proteínas presentes en la sangre, es activado por anticuerpos. Esta activación conduce a la formación de complejos de ataque a la membrana, que crean poros en las membranas celulares de los patógenos, provocando su destrucción.
3. Respuesta a la fiebre:una temperatura corporal elevada, conocida como fiebre, es una respuesta inmune común a la infección. Las temperaturas más altas pueden inhibir el crecimiento y la replicación de algunos patógenos, dificultando su supervivencia.
4. Coagulación de la sangre:en los casos en que los patógenos causan daño a los vasos sanguíneos, el cuerpo inicia el proceso de coagulación de la sangre. Las plaquetas y las proteínas del plasma sanguíneo trabajan juntas para formar un coágulo, previniendo el sangrado excesivo y restringiendo la propagación de patógenos en el sitio de la infección.
5. Activación de los ganglios linfáticos:los patógenos que ingresan al torrente sanguíneo pueden transportarse a los ganglios linfáticos, que son órganos pequeños con forma de frijol ubicados en todo el cuerpo. Dentro de los ganglios linfáticos, las células inmunitarias especializadas, incluidos los linfocitos, encuentran y eliminan los patógenos.
Es importante señalar que la eficacia de estos mecanismos de defensa depende del tipo y la virulencia del patógeno, así como de la salud general y el estado inmunológico del individuo. Algunos patógenos han desarrollado estrategias para evadir o suprimir nuestras respuestas inmunitarias, lo que hace que las infecciones sean más difíciles de superar. En casos graves, puede ser necesaria intervención y tratamiento médico para apoyar las defensas del cuerpo contra las infecciones transmitidas por la sangre.