¿Cómo se trata la listeriosis materna y congénita?

El tratamiento de la listeriosis materna y congénita suele implicar el uso de antibióticos. El principal antibiótico utilizado es la ampicilina, que ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de las infecciones por Listeria monocytogenes durante el embarazo. La ampicilina generalmente se administra por vía intravenosa (IV) a la madre y el tratamiento puede durar varias semanas.

En casos de infección grave o cuando no se tolera la ampicilina, se pueden utilizar otros antibióticos, como gentamicina o trimetoprim-sulfametoxazol. Para las mujeres embarazadas, es importante iniciar el tratamiento con antibióticos lo antes posible después del diagnóstico de infección por Listeria para reducir el riesgo de complicaciones y resultados adversos tanto para la madre como para el feto.

En los casos de listeriosis congénita, en los que la infección se ha extendido al feto o al recién nacido, el tratamiento antibiótico inmediato es fundamental. Se administran antibióticos al bebé, generalmente por vía intravenosa, para combatir la infección. Se proporciona al bebé una estrecha vigilancia y atención de apoyo, incluida asistencia respiratoria si es necesario. El diagnóstico temprano y la terapia antibiótica inmediata pueden mejorar significativamente las posibilidades de un resultado exitoso para el bebé.