¿Cuál es el tratamiento actual para la fiebre amarilla?
Líquidos intravenosos: La deshidratación causada por fiebre, vómitos y diarrea puede poner en peligro la vida. Reponer los líquidos y electrolitos perdidos mediante líquidos intravenosos (IV) es crucial.
Alivio del dolor y la fiebre: Medicamentos como el paracetamol (Tylenol), el ibuprofeno (Advil) o el naproxeno (Aleve) pueden ayudar a reducir la fiebre y el dolor. Se debe evitar la aspirina ya que puede aumentar el riesgo de hemorragia.
Antieméticos: Se pueden administrar medicamentos para controlar las náuseas y los vómitos, como ondansetrón (Zofran) o proclorperazina (Compazine), para reducir los síntomas gastrointestinales.
Transfusión de sangre: En casos graves, pueden ser necesarias transfusiones de sangre para reemplazar la pérdida de sangre debido a una hemorragia interna.
Atención de apoyo: Se puede recomendar reposo y aislamiento para prevenir la propagación de la enfermedad. Si se desarrolla insuficiencia hepática, es posible que se requiera asistencia médica intensiva en una unidad de cuidados intensivos (UCI).
Vacunación: La forma más eficaz de prevenir la fiebre amarilla es mediante la vacunación. La vacuna contra la fiebre amarilla es muy eficaz y proporciona una inmunidad duradera. Se recomienda para viajeros que visiten zonas donde la enfermedad está presente.
El diagnóstico temprano y la atención médica inmediata son cruciales para controlar la fiebre amarilla. Se debe buscar atención médica inmediata si los síntomas se desarrollan dentro de una semana o dos de un viaje a una región donde se sabe que ocurre la fiebre amarilla.