¿Qué tienen en común la galactosemia y la enfermedad de Tay-Sachs?

Tanto la galactosemia como la enfermedad de Tay-Sachs son trastornos metabólicos hereditarios.

La galactosemia es un error congénito del metabolismo que afecta la capacidad del cuerpo para metabolizar el azúcar galactosa. Si no se trata, la galactosemia puede provocar daño hepático, cataratas y discapacidad intelectual.

La enfermedad de Tay-Sachs es una enfermedad de almacenamiento lisosomal causada por una deficiencia de la enzima hexosaminidasa A. La hexosaminidasa A es responsable de descomponer una sustancia grasa llamada gangliósido GM2. Cuando el gangliósido GM2 se acumula en el cerebro, puede dañar las células nerviosas y provocar discapacidad intelectual, convulsiones y ceguera.

Tanto la galactosemia como la enfermedad de Tay-Sachs son causadas por mutaciones en genes.

El gen que muta en la galactosemia se llama gen GALT. El gen GALT proporciona instrucciones para producir la enzima galactosa-1-fosfato uridil transferasa (GALT). GALT es una enzima necesaria para el metabolismo de la galactosa.

El gen que muta en la enfermedad de Tay-Sachs se llama gen HEXA. El gen HEXA proporciona instrucciones para producir la enzima hexosaminidasa A. La hexosaminidasa A es una enzima necesaria para la degradación del gangliósido GM2.

Tanto la galactosemia como la enfermedad de Tay-Sachs pueden tratarse.

La galactosemia se puede tratar evitando los alimentos que contengan galactosa. La enfermedad de Tay-Sachs se puede tratar con terapia de reemplazo enzimático. La terapia de reemplazo enzimático implica reemplazar la enzima faltante con una copia sana de la enzima.