¿Por qué la diarrea causa desnutrición?
- Reducción de la absorción de nutrientes: La diarrea puede hacer que el cuerpo expulse rápidamente los alimentos y el agua, lo que puede reducir la absorción de nutrientes esenciales, como carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales.
- Aumento de las pérdidas de nutrientes: La diarrea puede provocar un aumento de las pérdidas de nutrientes debido a las deposiciones frecuentes. Estos nutrientes no se absorben y se pierden del cuerpo.
- Pobre apetito: La diarrea a menudo puede provocar pérdida de apetito, lo que puede reducir aún más la ingesta de nutrientes.
- Aumento de las necesidades energéticas: La diarrea puede aumentar las necesidades energéticas del cuerpo mientras el cuerpo trabaja para reemplazar los líquidos y electrolitos perdidos. Esta mayor demanda de energía puede agotar las reservas de nutrientes si no se satisface con una nutrición adecuada.
- Alteración de la microbiota intestinal: La diarrea puede alterar el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que puede afectar la absorción y el metabolismo de los nutrientes.
- Inflamación: La diarrea crónica puede causar inflamación en el intestino, lo que puede dañar el revestimiento intestinal y afectar aún más la absorción de nutrientes.
- Desequilibrios electrolíticos: La diarrea grave también puede provocar desequilibrios electrolíticos, como hipopotasemia, que puede afectar a la función de los músculos y los nervios, incluidos los que intervienen en la digestión y la absorción de nutrientes.
- Aversión a la comida: Las personas con diarrea pueden desarrollar miedo o aversión a ciertos alimentos que desencadenan sus síntomas. Esto puede llevar a una dieta limitada y reducir aún más la ingesta de nutrientes.
- Saneamiento e higiene deficientes: La diarrea puede ser causada por condiciones sanitarias e higiénicas deficientes, que también pueden contribuir a la desnutrición al aumentar el riesgo de otras infecciones y limitar el acceso a alimentos y agua limpios.
La desnutrición causada por la diarrea puede tener graves consecuencias para la salud, incluido un retraso en el crecimiento, un desarrollo cognitivo deficiente y un mayor riesgo de infecciones.