El oxígeno médico que reciben los pacientes en los hospitales suele tener una alta concentración de oxígeno y está compuesto casi en su totalidad de oxígeno puro (O2). El porcentaje de oxígeno en el oxígeno médico suele estar entre el 95% y el 99%, y el nitrógeno comprende el 5% al 1% restante. A veces, a los pacientes también se les administra oxígeno al 100% cuando es necesario. Para garantizar la seguridad y eficacia del tratamiento, el oxígeno medicinal está estrictamente regulado y estandarizado por las organizaciones sanitarias pertinentes para cumplir con especificaciones y controles de calidad precisos.