Los judíos no fueron los únicos perseguidos durante la Peste Negra, pero fueron especialmente atacados debido a los prejuicios existentes y las teorías de conspiración que los culpaban de la enfermedad. También hubo factores económicos, ya que muchas personas tenían deudas con prestamistas judíos y aprovecharon la plaga como una oportunidad para cancelar dichas deudas.