La forma más común de peste fue la peste bubónica, causada por la bacteria Yersinia pestis. Esta forma de peste se caracterizaba por inflamación de los ganglios linfáticos o bubones, que a menudo aparecían en la ingle, las axilas o el cuello. Otros síntomas incluyeron fiebre, escalofríos y vómitos. La peste bubónica fue a menudo mortal, con una tasa de mortalidad de alrededor del 50%.