Cuando el sistema inmunológico del huésped controla o elimina exitosamente el virus. Esto puede suceder a través de la inmunidad adquirida, donde el sistema inmunológico del huésped desarrolla anticuerpos y memoria inmune para combatir la infección, o mediante la inmunidad innata, donde los mecanismos de defensa naturales del huésped evitan que el virus se replique y se propague.