Si bien muchos virus pueden causar enfermedades, también existen algunos virus que pueden tener efectos beneficiosos. Por ejemplo, algunos virus pueden ayudar a controlar poblaciones de insectos dañinos, mientras que otros pueden usarse para crear vacunas. Un ejemplo específico de un buen virus es el bacteriófago, que es un virus que infecta y mata bacterias. Los bacteriófagos se pueden utilizar para tratar infecciones bacterianas, como las causadas por E. coli o Salmonella. Son particularmente útiles en los casos en que los antibióticos no son efectivos. Los bacteriófagos se han utilizado con éxito tanto en medicina humana como veterinaria y ofrecen la ventaja de poder atacar tipos específicos de bacterias sin dañar otras bacterias beneficiosas del cuerpo.