Si tiene un ganglio linfático agrandado o una glándula salival impactada debajo de la mandíbula que resultó de un tratamiento de conducto hace un año y ha estado estable, ¿debería cortarlo y dejarlo en paz?
1. Estabilidad: Si el ganglio linfático agrandado o la glándula salival afectada han permanecido estables durante un año sin cambios significativos de tamaño, dolor u otros síntomas, es posible que no requiera intervención inmediata. Sin embargo, sigue siendo importante controlar la situación e informar cualquier cambio a su proveedor de atención médica.
2. Causa subyacente: Se debe considerar la causa subyacente del ganglio linfático agrandado o de la glándula salival afectada. En algunos casos, puede estar relacionado con el tratamiento de conducto, mientras que en otros, podría deberse a una afección no relacionada. Su proveedor de atención médica puede ayudar a identificar la causa y determinar el enfoque de manejo adecuado.
3. Tamaño y síntomas: Si el ganglio linfático agrandado o la glándula salival afectada causa malestar, dolor o dificultad para tragar o hablar, es posible que requiera tratamiento para aliviar estos síntomas.
4. Riesgo de infección: Si existe riesgo de infección o si el ganglio linfático o la glándula salival se infectan, puede ser necesario un tratamiento con antibióticos u otros medicamentos.
5. Referencia a un especialista: En algunos casos, su proveedor de atención médica puede derivarlo a un especialista, como un especialista en oído, nariz y garganta (ENT) o un cirujano oral, para una evaluación y tratamiento adicionales del ganglio linfático agrandado o de la glándula salival afectada.
En última instancia, la decisión de dejar el ganglio linfático agrandado o la glándula salival afectada en paz o seguir el tratamiento dependerá de las circunstancias específicas de su caso. Es importante consultar con un profesional de la salud para obtener asesoramiento y orientación personalizados.