El cartílago no carece por completo de vasos sanguíneos. Tiene un número limitado de vasos sanguíneos en sus capas externas, que se denominan pericondrio. Así es como las capas más externas del cartílago reciben oxígeno y nutrientes. Las capas internas de cartílago, sin embargo, son avasculares, lo que significa que no contienen vasos sanguíneos. A pesar de esta falta de vasos sanguíneos, el cartílago aún puede sobrevivir y funcionar gracias a la difusión de oxígeno y nutrientes de los tejidos circundantes y del líquido sinovial.