¿Qué pasa si el sangrado es excesivo y no cesa tras la extracción de un diente?
1. Hemorragia: El sangrado excesivo que no se puede controlar puede provocar una hemorragia, que es una pérdida de sangre rápida y grave. Esto puede provocar mareos, aturdimiento y desmayos. En casos extremos, una hemorragia puede poner en peligro la vida.
2. Infección: El sitio de extracción es una herida abierta que es susceptible a infecciones. Si el sangrado persiste, puede aumentar el riesgo de contaminación bacteriana y posterior infección. Los signos de una infección incluyen aumento del dolor, hinchazón y fiebre.
3. Alveolitis seca: En ciertos casos, el sangrado excesivo puede provocar una afección llamada alveolitis seca. Esto ocurre cuando el coágulo de sangre que se forma en el lugar de la extracción se desprende o se disuelve demasiado pronto, exponiendo el hueso y los nervios subyacentes. La alveolitis seca puede ser extremadamente dolorosa y puede requerir tratamiento adicional.
4. Condiciones médicas: En algunos casos, el sangrado excesivo puede ser un signo de una afección médica subyacente, como un trastorno hemorrágico, anemia o ciertos medicamentos que interfieren con la coagulación de la sangre. Es importante informar al dentista o profesional médico sobre cualquier historial médico o medicamentos que esté tomando.
5. Daño a los tejidos circundantes: El sangrado excesivo puede causar daño a los tejidos circundantes, incluidas las encías, los huesos y los nervios. Esto puede provocar un tiempo de curación prolongado y molestias adicionales.
Si experimenta un sangrado excesivo que no se detiene después de la extracción de un diente, es fundamental que se comunique con su dentista o visite el departamento de emergencias más cercano. Evaluarán la situación, identificarán la causa del sangrado y brindarán el tratamiento adecuado para controlar el sangrado y prevenir mayores complicaciones.