Los limpiadores ultrasónicos utilizan ondas sonoras de alta frecuencia para crear vibraciones que agitan la solución limpiadora y eliminan la suciedad, la mugre y otros contaminantes de las superficies. Debido a que la limpieza ultrasónica es suave y no requiere productos químicos agresivos ni abrasivos, es muy adecuada para limpiar artículos delicados como joyas, lentes, monedas y placas de circuito impreso. El proceso implica sumergir el artículo en la solución de limpieza y encender el limpiador ultrasónico, que normalmente funciona a una frecuencia de alrededor de 20.000 a 40.000 hercios (Hz). Las ondas sonoras hacen que la solución limpiadora vibre rápidamente, creando burbujas microscópicas que implosionan contra la superficie del objeto, desalojando la suciedad y la mugre. Esta acción puede limpiar eficazmente áreas y grietas intrincadas que pueden ser difíciles de alcanzar con los métodos de limpieza tradicionales.