Por lo general, no es aconsejable inducir o intentar que su bebé nazca dos semanas antes, a menos que sea médicamente necesario y bajo la supervisión de un profesional de la salud. Si existe alguna inquietud o motivo médico por el cual pueda necesitar un parto más temprano, es importante hablarlo con su médico o partera para garantizar su seguridad y la de su bebé.