¿Qué sucede cuando se deja la placenta entera en el cuerpo después del nacimiento?

Cuando toda la placenta queda en el cuerpo después del nacimiento, se llama placenta retenida. Esta es una afección poco común pero grave que puede provocar varias complicaciones, entre ellas:

1. Hemorragia: La placenta es un órgano muy vascularizado y su retención puede provocar un sangrado excesivo, provocando anemia y shock.

2. Infección (Sepsis): La placenta retenida proporciona un caldo de cultivo para bacterias que pueden provocar infecciones en el útero y otros órganos reproductivos. Esta infección puede propagarse al torrente sanguíneo y provocar sepsis, una afección potencialmente mortal.

3. Inversión uterina: En casos raros, la placenta retenida puede hacer que el útero se dé vuelta (inversión uterina). Esta es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato.

4. Síndrome de Asherman: La placenta retenida puede provocar la formación de tejido cicatricial dentro del útero, una afección llamada síndrome de Asherman. Esto puede provocar infertilidad o abortos espontáneos recurrentes en futuros embarazos.

5. Coagulación intravascular diseminada (CID): La placenta retenida puede desencadenar una afección llamada coagulación intravascular diseminada (CID), en la que se altera la capacidad de coagulación de la sangre, lo que provoca hemorragias generalizadas y daños a los órganos.

6. Impacto psicológico: La placenta retenida también puede tener efectos psicológicos en la madre, provocando ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático (TEPT).

La intervención médica inmediata es crucial en casos de retención de placenta. La placenta retenida generalmente la extrae manualmente un profesional de la salud, lo que a menudo requiere cirugía. Este procedimiento conlleva sus propios riesgos, que incluyen daño uterino, cicatrices e infección. Por lo tanto, es esencial que las mujeres reciban atención prenatal adecuada y un manejo oportuno del parto para prevenir la retención de placenta.