Es común experimentar cambios en las deposiciones durante el embarazo. Si bien la diarrea no suele ser perjudicial para el bebé, es importante mantenerse hidratado bebiendo muchos líquidos para evitar la deshidratación. La diarrea grave o persistente, especialmente si está acompañada de fiebre, dolor abdominal o heces con sangre, debe consultarse con un proveedor de atención médica para su evaluación y tratamiento.